miércoles, noviembre 28, 2007

Texas Road

El viento en la cara no le resultaba molesto, le ayudaba a evadirse de sus temores cotidianos.

El sol, la carretera, la camioneta impregnada con el olor del cigarro, la música grupera desesperante y vacía, como su vida misma, todo le ayudaba, eran como parches que remendaban la vida junto al hombre que conducía, Joaquín, su marido; a quien la gente conocía mejor como el ”oso”.

Joaquín, con su sombrero Tejano y su barba de candado, parecía un hombre rudo. Fumaba su cigarrillo con ansiedad como si le quemara los dedos. Volteaba la cabeza de vez en cuando para ver a Mariana, pero sus lágrimas no parecían perturbarle, por el contrario, asentía con la cabeza…como reafirmando alguna convicción interior…sin pestañear, su mirada parecía devorarse la carretera, mientras que ella sin que el lo notara, se tallaba el hematoma en su ojo izquierdo.

Viajaban sin hablarse… el sol del mediodía dilataba el camino.

Mariana nació en la frontera, entre el bullicio de una ciudad que respira violencia por sus calles maquilladas y que lava sus pecados viejos con ofensas nuevas. De familia disfuncional y con hábitos perdedores, muy joven entendió que su vida no seria fácil, sobre todo cuando comprobó que a sus padres parecía no importarles los tocamientos que el vecino le hacia a su hija, como contarles entonces que así le arrebataron sus días de niña si a cambio de eso seguramente recibiría el desprecio y los golpes de su padre?.

Y así acabo pronto su infancia, entre abusos y gritos y con la incertidumbre siempre tocando la puerta.

A los 18 conoció a Kevin, un chico hispano que vivía en el lado americano, este le ofreció matrimonio al poco tiempo de conocerla y ella, aunque no lo amaba del todo, aceptó, era el boleto de salida a una vida lejos de su casa paterna. Pero Kevin resulto bastante tibio.

Bruscamente la camioneta salió de la carretera… se adentro en una brecha a la que parecía que la maleza se tragaría.

Apenas se casaron y Kevin comenzó a perder interés en Mariana, las horas juntos se limitaban al descanso de el y a las obligadas visitas a la familia, amigos y compras de víveres… fue en el supermercado donde Mariana conoció a Joaquín.

Esa mañana mariana conducía el carrito del supermercado, Kevin la seguía sin hablar, haciendo cuentas mentales mientras ella recogía frascos y latas. Al doblar el pasillo 9 se toparon con aquel hombre que examinaba una caja de cereal, Joaquín vio por el rabillo del ojo una mujer pasar y volteo instintivamente, se quedo mudo al verla, su cerebro comenzó a fabricar deseos y argumentos de moral cuestionable, soltó el cereal y siguió a la pareja hasta el área de verduras.

Siempre con la vista fija y a pocos metros de distancia seguía todos los movimientos de Mariana, con sus ojos recorría las piernas y caderas, la imaginó desnuda y poseyéndola, absorto, su ceño filtraba mil pensamientos.

Ella sintió su mirada pesada en su nuca, espalda y nalgas y comenzó a incomodarse ante el acoso cada vez más evidente del tipo ancho y grande, Mariana entonces con un solo gesto y un pequeño codazo en las costillas le dio a entender a Kevin que alguien la molestaba, Kevin, envalentonado, volteó.

Se topó con la mirada desafiante de Joaquín, quien parecía retarlo. Sin el menor asomo de prudencia Joaquín infló su pecho y abrió un poco sus brazos y con voz muy baja susurró:

-Que? Me gusta tu vieja! Cual es tu pedo?

Kevin no atinaba que contestar, intento sostenerle la mirada pero a los pocos segundos bajo la cabeza y tomando a Mariana de brazo dio la media vuelta y dijo:

-No le hagas caso, sigue avanzando.

Mariana sintió una brisa helada en su pecho y se encaminaron juntos a las cajas registradoras, se decepcionó.

Para Joaquín fue muy fácil averiguar mas sobre ellos, le tomo solo algunos pocos meses arrebatarle la mujer al tibio Kevin.

La camioneta se detuvo.

Tras la polvareda se podía ver un viejo rancho rodeado de árboles, camionetas de lujo y algunos hombres armados, 5 o 6, moviéndose despacio de un lado a otro, como perros hambreados. La pareja bajo del vehículo.

Caminaron hasta la entrada donde dos hombres armados los detuvieron. Joaquín hablo primero.

-Vengo a ver al patrón, le traigo su encargo.

- A ver cabrón, levanta las manos, vamos a revisarte.

-Ya no mamen cabrones, ustedes me conocen, ya saben que no cargo cuete cuando vengo a ver al patrón.

-Cállate pendejo!, vas a pasar primero tu solo, aquí te cuidamos a tu mujercita

Joaquín se imaginaba las risas y caras de lujuria del par de gordos mientras entraba en la casona. Muchas veces antes había entrado a esa casa oscura con olor a pintura y cemento fresco, como huelen las casas que nunca se terminan de construir, pero nunca antes sintió el miedo que sentía esta vez. Afuera, el par de matones no se despegaban ni un milímetro de su custodia, frotaban sus cuernos de chivo con las caderas de la mujer; Mariana petrificada, también sentía miedo, si Joaquín no saliera de ahí, que le esperaba?

Los primeros años juntos fueron de aventura para ella, con Joaquín, Mariana aprendió a sobrevivir en una región que te permite vivir entre los mejores lujos como de la misma forma te obliga a arrastrarte entre lo peor de una sociedad que aun no termina por definirse. A ella le gustaba su fuerza, le gustaba sentir la adrenalina de saberlo metido en líos gordos, negocios donde el siempre salía bien librado, no aprobaba sus “oficios” pero cuando lo veía golpeando gente ella lo deseaba mas que otros días. Juntos eran animales, sus noches eran tan ardientes como el pavimento que arde en la frontera.

Pero todo exceso cobra a su tiempo. La pareja derivó en una sociedad con ganancias desiguales y comandada por el más fuerte, de la manera dolorosa Mariana aprendió las jugarretas del negocio, se vio involucrada, tráfico de “personas al otro lado”, asaltos, secuestros, “levantónes”, cargamentos de coca, “encargos”…Mariana se encontraba con la mierda hasta el cuello.

Los gritos que surgían desde adentro sonaban desgarradores, los golpes sonaban huecos, como madera sobre madera.

Mariana prefería evadirse dejando que su mirada se perdiera en el polvo.


Las puertas se abrieron de golpe y un bulto salio disparado rebotando en el “porche” de madera, el cuerpo ensangrentado de Joaquín apenas y podia moverse, arrastrandose y con las ropas desgarradas como pudo alzo la cabeza buscando a Mariana con la mirada. Esta corrio a su lado, pero fue interrumpida algunos segundos por el par de perros con las cuernos de chivo, mas que detenerla fue una manera fugaz de tocar por un segundo sus caderas, su cintura. La soltaron y esta se desplomó en el suelo junto a el, como pudo lo abrazo a pesar de la sangre esparcida por toda la espalda. Se susurraron al oído:

-que te hicieron estos hijos de su pin..

-no digas nada! Yo la cague, la vengo cagando desde hace tiempo…

-pero si ya les pagamos! Que mas quieren los hijos de…?

-eso no es suficiente, debería estar muerto, me están dando otra oportunidad…tienes que entrar ahí o nos “dan piso” a los dos.

-como?...no entiendo?

-no me jodas ahorita Mariana! No te hagas pendeja! Vas a entrar ahí y vas a hacer todo lo que los señores te digan o nos chingan aquí mismo!.

Se quedo callada, sus ojos se quebraban por el asombro, su cabeza parecía haber recibido un mazazo, no alcanzaba a comprender, su cuerpo comenzó a sudar frío, en lo más profundo de su miedo reconoció ese momento como el punto más bajo al que podría llegar.

-Anda chiquita, ve, hazlo por mi- …balbuceo el bulto ensangrentado.

Ella se incorporo, se acomodo el vestido, se peino con los dedos y avanzo con la mirada perdida hacia adentro de la casona. Al final del oscuro pasillo una puerta grande se abrió, adentro dos tipos de edad madura sonreían sentados, uno sobre el borde de un pequeño escritorio y el otro sobre un love seat, seguramente ellos dos eran los patrones, pues los otros tres sujetos que permanecían de pie se mantenían en las sombras de la habitación y cargaban armas como el par de cerdos de la entrada.

-Pásale mamacita, el pendejo de tu maridito no sabe lo suertudo que es con la vieja que se carga, ni modo mamita quien te manda estar tan buena?

La puerta se cerró.
Esa tarde, en esa habitación paso de todo.

Al amanecer, Mariana conducía la sucia camioneta, Joaquín se retorcía en el asiento del copiloto, quejándose y murmurando algo que ella no alcanzaba a entender, piso el acelerador para ganarle la partida a los primeros rayos del día. A la orilla de la carretera encontró un motel, pidió una habitación, estaciono la “troca” frente al número asignado y como pudo bajo a Joaquín de la camioneta, lo dejo caer en la cama y enseguida volvió a salir a la calle en busca de vendas, alcohol y algún médico de confianza.

Para el mediodía, Mariana despedía a un veterinario amigo de ellos, no era precisamente un médico pero era lo mas cercano y confiable que encontró. Le entrego un flaco fajo de billetes y una bolsita con “polvo”, el veterinario se fue satisfecho, Mariana entonces se sentó junto a la ventana y encendió un cigarrillo.

Y ótro,
Y ótro,
Y otro más.

Así pasaron 4 días con una Mariana recargada en la sucio marco de la ventana de un motel de putas y chulos, hasta que Joaquín al fin despertó notablemente mejorado, apenas abrió los ojos quiso snifear unas líneas de cocaína, se fumo un cigarrillo y volvió a dormir, mas tarde volvió a despertar y pidió algo de comer. Mientras comía, Mariana intentaba contarle lo que había pasado luego de que el se desmayara en su propio charco de sangre; le contó por lo que ella tuvo que pasar, como condujo hasta el hotel y como lo curó. Joaquín, sentado en la cama y absorto en la comida, no podía contestar con la boca tan llena.

Al terminar de comer Joaquín mando a Mariana por un “six” de cervezas.

Cuando ella regreso vio a Joaquín de pie frente al espejo del baño, examinándose sus heridas, haciendo un recuento de los daños.

-Estos hijos de puta por poco me vacían el ojo, casi no puedo ver.

Se descubrió desfigurado de cara y con la mitad del cuerpo inutilizado- Nada que el tiempo no pueda reparar- le dijo Mariana a manera de consuelo.

-No seas pendeja, dame una botella- recibió como respuesta.

Un par de cervezas después Joaquín volvió a tumbarse a la cama y cayo dormido. Mariana encendió otro cigarrillo sentada junto a la ventana.

Esa noche, estando los dos acostados, Joaquín despertó a Mariana. La abrazo por la espalda y acariciaba su cintura, inusual en el, parecía decirle palabras dulces como queriendo remendar los malos momentos, Mariana con lagrimas en los ojos volteo y lo beso, como buscando entre los besos algún asomo de lo que antes fue, lo abrazaba con fuerza mientras el acariciaba su espalda y cadera

-Me estas excitando, me haces sentir vivo de nuevo, ven súbete encima de mi

-No, solo quiero que me beses y me abraces, por favor, aun no estoy lista

-Solo un poco anda, mira mi erección, súbete encima de mi

-abrázame nada mas, es lo que necesito, no me pidas mas por favor

Joaquín levanto la sabana y tomando a Mariana de la nuca acerco la cabeza de ella hasta su miembro,

-Entonces házmelo como tu sabes

Mariana con lagrimas en las mejillas, tomo el pene de su hombre entre sus manos y se lo metió a la boca.
Comenzó a chuparlo con maestría, de la manera que sabia que a el volvía loco. Joaquín se retorcía de placer

-ahh asi nena! Yo sabia que podías aguantar aún mas, ahhh para ti no hay limites, lo se, sigue sigue

Ella lo escuchaba sin dejar de recorrer el pene de su marido con su boca

-Así nena así, ahh eres mi puta, se que te gusta, esa boquita es la nos salvo nena ahhh sigue.

Palabras dichas con la intención de excitarla, y así parecía pues la felación iba subiendo cada vez mas y mas de intensidad, Mariana sabia donde presionar, donde detenerse, donde seguir, sabia como bajar las defensas de Joaquín, sabia como llevarlo al climax, y asi lo hizo.

Cuando sintió que Joaquín ya estaba cerca y que su cuerpo bajaba la guardia esperando el espasmo, entonces ella apretó sus dientes y mordió!.

El soltó un grito de dolor e intento levantarse, pero ella mordía cada vez mas y mas, encajaba sus dientes penetrando en la carne, la sangre comenzaba a escurrir por entre las sabanas…

-Suéltame pendeja!!! Suéltame que te pasa!

Gritaba Joaquín mientras al mismo tiempo intentaba golpearla con el único brazo útil, los golpes eran secos en la cara, cabeza y ojo, pero Mariana seguía mordiendo destrozando cada vez mas el pene de su marido, el se defendía con todo lo que tenia pero el dolor era muy intenso, los gritos tal vez se escuchaban hasta la recepción del motel, borbotones de sangre de los dos brincaban por todos lados, el con la reserva de sus fuerzas le arranco cabellos y le reventó un ojo, pero ella seguía mordiendo, soportándolo todo, hasta que de pronto dando sacudidas con su cabeza arranco con los dientes el pene de su marido de un solo tajo.

En ese motel jamás se habían escuchado semejantes gritos, Joaquín se convulsionaba del dolor, la cama era una piscina de sangre, Mariana hincada frente a el y con el rostro destrozado, escupió el pene remordido de su marido hacia un lado de la cama, como quien escupe el primer trago de una cerveza caduca. Entre tantas drogas alcohol y dolor, Joaquín cayo desmayado.

Sin pensarlo Mariana ato a su marido mutilado a los postes de la cama y lo amordazo, con suerte los Texas Rangers encontraran el cuerpo desangrado dos o tres días después, para ese entonces ella ya estará viajando con su camioneta del otro lado de la frontera, camino rumbo al sur, Veracruz o el caribe.

Una semana después las autoridades Mexicanas encontraron el cuerpo de una joven Mujer a orillas de las playas del golfo, presuntamente violada por pescadores ebrios quienes se llevaron su camioneta y demás pertenencias, el estado de putrefacción en que se encontraba el cuerpo hizo de aquella mujer un festín para las gaviotas y demás carroña del mar.

viernes, noviembre 16, 2007

lunes, noviembre 05, 2007

Tabasco bajo el agua

Ciudades Mojadas


A pesar de conocer Louisiana y el río Mississippi de pasadita nunca tuve la oportunidad de conocer Nueva Orleáns de lleno ni de estar ahí durante el Mardi Grass, desafortunadamente después de Katrina esa ciudad ya no será la mismo.

También tenía muchas ganas de conocer Tabasco tal como lo pintaban pero por ahora Villahermosa ya no será el edén que era…

De los lugares que quiero conocer, en cuales mas tengo que apurarme a conocerlos antes de que la naturaleza y la negligencia los hagan garras?

Tengo que reconocer que los mexicanos nos estamos movilizando para ayudar a Tabasco desde donde estemos, los medios están haciendo su parte, algunos con sinceras intenciones y otros no tanto, al final todo sirve.







Pero siempre hay un pero.

Uno escucha cada cosa en la radio y tv…

En Televisa escuche: “por cada gol que se anote esta jornada se enviará x cantidad de dinero”, mamones! Y si no hay goles? (lo cual muy seguido pasa), manden el dinero y ya.

En TVazteca llevarón a un supuesto psíquico a recolectar buenas vibras para luego mandarlas

Amlo aprovecho la ocasión para despotricar de lo lindo contra la negligencia y desvío de recursos que se ha dado en Tabasco desde hace 25 años.

Políticos del Pri, Pan y Prd piden no hacer política esta situación, pero algunos no se aguantan las ganas.

En radio escuché que por Veracruz se perdió un “flete” con víveres.

También en radio escuche a un tipo diciendo que se esta exagerando y “que no es pa’ tanto”.

Y el viejo cliché: "En el terremoto del 85 los mexicanos mostramos nuestra solidaridad"...

Esa misma solidaridad deberíamos mostrarla para otras cosas, no solo en la desgracia.

Yo por lo pronto voy a algún centro de acopio a ver que les puedo donar, ya mañana regresaré con otra entrada.