Me cayó el veinte este fin de semana pasado.
Ya lo venia notando desde hace tiempo, estamos siendo invadidos silenciosamente por una tendencia en el servicio al público que pretende ser “globalizada”, pero termina siendo chocante y enfadosa.
Me explico:
Me acerco yo muy hambriento hasta el mostrador del Carls Jr y me atiende un chavo pecoso con cara de recién masturbado y me pregunta en un tono fresón y acento achilangado…”bienvenido, le puedo tomar su orden?”. Hasta ahí todo bien, pides tu hamburgruesa con su respectivo refresco y te dispones a dejarte ser asaltado, pero las preguntas del pecoso siguen: “va a querer su orden con algo más? No se le antoja un pay especial rebajado o unas papitas fritas para acompañar su orden”, siempre con el mismo tonito.
Me convence con lo de las papas.
-“Dame una orden de papas”
-“Como quiere sus papitas señor? Fritas o en arítos?”
Me empiezo a desesperar…”papitas”, “aritos”, todo en diminutivo y con el mismo tonito. Se me ocurre que se me antojan de las dos.
-“me puedes dar de las dos? Mita y mita?.
-“de las dos? Como de las dos? Ahhh usted lo que quiere es poquitas de unas papitas y poquitas de otra”
Diminutivos con el mismo tonito!!!!! Argh!
Y sucede donde sea, en cualquier cadena, puede ser en BK o mcdonalds, el mismo tonito.
Hace días me llamaron de una empresa a hora y media de aquí para invitarme a participar con ellos en un estudio de mercado, viaje por carretera y cuando llegue me atiende el que parece ser el encargado o subgerente de la empresa, un niño bonito de escasos 25 años, arregladito estilo GQ, con cara de mustio y me pregunta: “ usted es el asesor en publicidad que estábamos esperando?”
Arghhhh! Otra vez el mismo tonito.
De lo que estoy tratando de hablar aquí es de lo ahora parece ser un requisito en las empresas a la hora de contratar a sus empleados, chavos con aspecto de guerillos, relamidos, excesivamente amables, con amplia disponibilidad a ser explotados y lo más importante con el acento chilango fresa adornado con diminutivos y sonrisas cagantes… eso es lo que yo llamo el perfil putin.
El joven gerente no supo explicarme exactamente para que me mandaron llamar, con su jefe en ausencia, se le hundió el barco por ser pendejamente inexperto, bonito y con su actitud de perdona vidas, nunca supo explicarme bien de que se trataba el proyecto.
Y así han ido pupulando, surgen como generación espontanea, por todos lados, todos iguales.
Sobre aquellos que son solo dependientes solo queda soportar la tonadita y guardar la esperanza de que ese perfil sea solo una moda pasajera.
Pero sobre aquellos que ocupan puestos claves o de cierta responsabilidad tengo mis dudas. No me parece justo que las empresas contraten a su personal basándose en la imagen de moda en el mundillo empresarial, el niño relamido, bonito, vestido como salido de revista GQ, con acento delicado y presuntuoso, el perfil putín pues, dejando de lado la experiencia, la aptitud , el talento, etc.
La semana pasada me encontré con uno de mis primos mayores, desesperado porque se quedo desempleado y no ha podido encontrar nada. Con amplia experiencia en su ramo es rechazado por su edad (43),me contaba que las empresas privadas están prefiriendo ese mentado perfil putin, al final tuvo que recurrir a la oficina estatal de empleo, lo que encontró ahí no le alcanza para mantener a su familia y le salieron con lo mismo, el nuevo perfil sobre la experiencia.
Está bien que se le den oportunidades a los recién egresados, pero tampoco se me hace balanceado que a los mayores los manden a llenar bolsas de mandado a los sorianas.
Me quede con una frase que mi familiar me dijo:
“el gobierno debería de poner el ejemplo”
2 comentarios:
Ya me tocó ir con un doctor que tenía ese perfil. No resolvió el problema, por cierto.
Un Abrazo.
Jajjaa!!! Así son tooooodos de los que me rodeo día tras día!!!! Al fin alguien me comprende!
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